Picaresca contrarrevolucionaria

El balurdo y mediocre sainete de la entrega de las firmas de madrugonazo fue al mismo tiempo un chiste mal hecho y un acto de cobardía sin precedentes. ¡Que cómica compadre! No tienen el valor de ir al centro de Caracas a entregar un requisito por miedo al pueblo caraqueño.

Más tarde se desplegó el aparato tragicómico de redes sociales a lanzar números heroicos. Un video mal editado de VP decía que habían recogido dos millones quinientas mil firmas (2.500.000) y un .gif de PJ decía que habían alcanzado el heroico número de un millón ochocientas cincuenta mil firmas (1.850.000) incrédulo del abismo seguí leyendo declaraciones y afirmaciones de los grupos políticos y me fijé que no tuvieron la mínima prudencia de madrugar un número que compartieran todos por igual.

Esto me remite a la penosa lista que publicó la Machado en 2004 y que después le echaron la culpa al camarada Tascón por haberla utilizado para la verificación individual de los que no habían firmado la convocatoria a referendo contra el presidente Hugo Chávez. En esa ocasión más de un millón de personas manifestaron en un reafirmazo que no habían participado de la aventura antichavista, luego el CNE dijo que habían recogido suficientes y los revolcamos en un referéndum histórico.
Doce años después no han aprendido nada sobre democracia. A pesar de haber ganado una elección, la picaresca corrupta de la cuarta república es la inspiración pertinaz de la acción contrarrevolucionaria. Razón tiene el PSUV y el GPP de solicitar la verificación de cada firma de las que aún en la MUD no se ponen de acuerdo para saber cuántas fueron.

Pasaremos por un proceso de verificación, donde seguro saldrá la trampita que está preparando la derecha venezolana. Sin embargo las baterías mediáticas tratarán de legitimar la farsa como honesta y la acción chavista como antidemocrática.

Estamos en una batalla donde debemos defender la verdad hasta con los dientes, siempre ella será la que nos permita el triunfo ante unos corruptos que como sea querrán derrocar el poder revolucionario. La revolución es pacífica, pero no desarmada.