¡Otra vez todo!

@CesarTrompiz

Comenzamos una batalla de esperanzas por las cosas que mejor deseamos para la patria venezolana. El año 2018 amaneció soñando juntos un plan de la patria entre 2019 y 2025 con el presidente Nicolás Maduro al frente y con la ratificación de los cinco objetivos históricos del comandante Chávez. A semanas de comenzar a debatir y construir nuestros sueños, la Asamblea Nacional Constituyente convocó las elecciones presidenciales que están previstas para este 2018, tal como lo dice la constitución y como lo prometió el presidente Nicolás Maduro desde el mismo día de su elección en 2013.

¡Nos jugamos todo! La patria venezolana fue rescatada de la privatización neoliberal en 1998 por el comandante Chávez y el pueblo victorioso de Bolívar. Desde allí hasta hoy mismo no han cesado los ataques internos y externos contra nuestra Revolución, han intentado incluso confundirnos desde nuestras propias filas, con dirigentes que alguna vez fueron de nuestro partido, gobierno y fuerza armada, pero que hoy gozan del aval de la Casa Blanca y la derecha que siempre ha sido enemiga del pueblo. Hoy mismo, el bloqueo financiero internacional y la conspiración interna contra el bolsillo de los venezolanos pareciera cerrarnos el futuro, pero estas dificultades cotidianas que estamos enfrentando son poco o nada ante el programa colonizador y hambreador que juegan los sectores anti bolivarianos. La esperanza es y será para Venezuela el liderazgo autentico y transformador de la democracia socialista bolivariana, chavista y antiimperialista.

¡Conciencia del enemigo! Las elecciones presidenciales debaten esencialmente el modelo de país que tenemos y el que queremos. La patria bolivariana ha logrado altos niveles de educación y atención social por la forma gratuita, garantista, incluyente y humanista de la Revolución Bolivariana. Por contrario, las dificultades que enfrentamos en estos momentos son la arremetida capitalista e imperialista que reduce el margen económico del gobierno y del pueblo para actuar positivamente. Aun así, la revolución y el presidente Nicolás Maduro trabajan en bonos, medicinas, becas, planes, créditos, miles de formas de dar a nuestro pueblo condiciones para sobrellevar la situación nacional, que nadie niega que es difícil, pero que es asumida por la revolución de cara al pueblo no de espaldas. Los enemigos de la revolución que gobernaron antes del proceso bolivariano y que gobiernan en Colombia y otros países neoliberales tienen crisis iguales o peores que sobrellevan en contra del pueblo privatizando todo, cerrando caminos al crecimiento de la juventud y empobreciendo programáticamente a sus naciones. ¡Maduro no sucumbe ante el capitalismo, sigue y seguirá del lado de su pueblo!

Todo cuanto hemos hecho positivamente se pone en juego en estas elecciones: la educación gratuita, el sistema de salud territorializado, las inversiones en infraestructura, los sólidos programas de participación de los jóvenes, las mujeres, los niños, los programas de inclusión  de empresarios, las leyes y programas para la tierra de los campesinos y las leyes y beneficios para los trabajadores. Toda la concepción garantista de la revolución, la forma en la que distribuimos la riqueza nacional petrolera y la composición de los programas populares está en juego.

El presidente Nicolás Maduro, pone en relieve la revolución financiera del "Petro" y las criptomonedas como mecanismo audaz de hacerle frente al sistema financiero internacional bloqueado por Estados Unidos y por las iniciativas de los líderes de la oposición venezolana. Esa esperanza de revolución financiera para Venezuela, que ha quedado en manos de los más jóvenes, también se pone en juego en estas elecciones presidenciales. Desde la juventud, particularmente convocada a esta iniciativa, debemos proteger esta ventana al futuro abierta por Maduro para liderar la revolución financiera anti hegemónica que nace en las nuevas tecnologías.

La Patria también pone en juego una agenda de esperanza conectada a quince motores de producción nacionalista, que van desde la soberanía alimentaria hasta la reactivación progresiva de las empresas que los capitalistas han desvalijado para irse del país y fugar capitales dejando a los trabajadores sin cobijo. La economía productiva de la Agenda Económica Bolivariana como impulso del presidente Nicolás Maduro, es el programa más serio que el país ha tenido en esta materia en muchos años. Es una forma orgánica de separar la economía monoproductora y motivar al país a la productividad y soberanía en las necesidades internas, viendo al mismo tiempo la exportación no petrolera como fuentes de divisas para la patria. ¡Reelegir a Nicolás Maduro es comprometernos en el cambio de cultura rentista hacia la cultura productiva que siempre ha sido agenda pendiente de nuestro país!

En cuanto  a la realidad de la educación gratuita, derecho en Venezuela y utopía en Colombia, Chile y tantos países que pretenden hablarnos de solidaridad social e inclusión y derechos humanos, también lo tenemos en juego. Los hijos de los obreros pueden ser profesionales en Venezuela con un esfuerzo personal, no económico. La educación privada en Venezuela es una opción, no una obligación del pueblo y eso es un logro de Chávez y de Nicolás Maduro que ha sabido sortear la crisis para garantizar docentes en cada aula a pesar de cualquier desnivel económico del país. Nuestros profesionales que hoy emigran a otros países lo hacen con títulos absolutamente gratuitos obtenidos gracias a la obra de la revolución bolivariana, son condiciones mejores de nuestro país incluso en la misión poco amigable de tener que ir a otro país.

¡No es perfecto, pero es nuestro! Al jugarnos la vida del país, también hablamos de nuestros errores, que solo los puede corregir la revolución con el pueblo. La derecha no corregirá los errores de la educación gratuita, sino que la privatizará, no corregirá los errores de la salud gratuita sino que irá por sus servicios a privatizarlos uno a uno, ni la luz, ni el agua, ni las telecomunicaciones: todas irán una a una a ser privatizadas por esta oposición endeudada con muchos amigos extranjeros que durante dieciocho años los han financiado en sus aventuras antidemocráticas. Nada cuanto es socialmente accesible en el sistema de redistribución de la riqueza es viable para la derecha y el imperialismo, su programa es acabar con todo para entregarle el país a las transnacionales. ¡Todo cuanto han hecho para el malestar del pueblo es en alianza con los enemigos de Venezuela! ¡Bloquear cuentas del país, impedir el acceso a alimentos y medicinas a los venezolanos! ¡Invadir el mercado de divisas con especulación contra el bolívar como moneda nacional! Toda la acción opositora es para el malestar de los venezolanos. Si todo ese mal lo han hecho desde el puesto de ser oposición imagínese, en supuesto negado, cuánto no harían contra el pueblo desde un ejercicio de gobierno.

¡Con la reelección de Nicolás Maduro Moros nos jugamos todo! Aciertos y errores junto al pueblo, historia patriótica de independencia nacional y gesta bolivariana de rescate de nuestra identidad victoriosa. Nos jugamos la dignidad de llamarnos venezolanos y venezolanas y ser precursores del cambio de época en Nuestra América, que permitió a muchos países tener constituciones y prácticas democráticas incluyentes y solidarias. Nos jugamos el derecho a existir como país o tener la vergüenza de ser tutelados por la Casa Blanca, el Departamento de Estado norteamericano, la unión europea y el Fondo Monetario Internacional. Nicolás Maduro representa el futuro de la causa revolucionaria en Venezuela y el Mundo, su programa popular y anti hegemónico es digno de un dirigente mundial que se enfrenta todos los días al sistema financiero dominado por los capitalistas que odian al pueblo.

Digna y grande juventud que con amor grita #VamosNico para acoger en su seno al líder más rebelde de este momento en la humanidad y que hoy va a una reelección presidencial cumpliendo el mandato popular constituyente y su propia palabra.

¡Nicolás Maduro se juega la vida por todos, todos nos jugamos la patria con él!

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