Por: Cesar Trompiz
Es evidente que tenemos un giro necesario en la definición táctica de la estrategia económica de la revolución. El campo de la economía nacional ha sufrido el quiebre histórico del modelo rentista y estamos transitando la creación heroica de métodos y metodologías económico sociales que nos permitan elevar la productividad de la patria en el tiempo corto de satisfacer las necesidades de la población. El presidente Nicolás Maduro Moros ha declarado en repetidas ocasiones la necesidad de ponernos en sintonía con este tiempo del país y de la historia de la patria venezolana.
Lejos de los dogmatismos y las improvisaciones la economía venezolana necesita de acciones cuya practicidad produzcan las divisas necesarias para el mantenimiento del modelo de inclusión social. En eso creo que estamos de acuerdo todos. Las medidas variopintas que se proponen y algunas que se dibujan en el panorama necesitan que marquemos muy bien la cancha para saber los nuevos límites de las acciones económicas que están desatándose. El presidente Nicolás Maduro apuntó en esta dirección hacia la necesidad de desatar las fuerzas productivas, liberarlas para que comiencen a producir los bienes y servicios necesarios para la República. El mensaje es claro para los patriotas que luchamos en la creación de alternativas inclusivas que lejos de los manuales nos permitan el desarrollo y mantenimiento de la patria. Sin embargo es bueno dar señales para que los neoliberales y capitalistas ortodoxos entiendan hasta donde pueden llegar en el marco de la protección de la economía de la patria y los avances hermosos que la revolución bolivariana ha tenido en materia de derechos humanos, particularmente de derechos económicos y sociales.
Es bueno que las corrientes políticas que en el marco de la acción económica de la revolución se dedican a opinar desde sus teclados y aires acondicionados aborden esta realidad desde prácticas concretas, es urgente que los que quieren proponer modelos de acción en el marco de la economía lo hagan desde una praxis victoriosa. No tenemos tiempo para sofismas, pero si para liberar fuerzas productivas con opciones que nos proporcionen éxito temprano para el país.
La guerra económica devino en el fin del modelo rentista y en el advenimiento de un modelo productivo que a mi parecer debe ser profundamente nacional y revolucionario, con alta participación del Estado y con la participación estratégica y estratificada de capitales internacionales en áreas y zonas específicas, sometidos a la ley nacional y al control estricto que impida la reprivatización de la patria o la expansión del neoliberalismo recubierto de acciones productivas.
Cada acción de la revolución debe cooperar. En el campo de las políticas sociales tenemos iniciativas que deben fortalecer lo productivo en construcción. El papel de la educación, en todos sus niveles, será orientar a las nuevas generaciones hacia ocupaciones e iniciativas que fortalezcan los motores productivos. Con las becas de Fundayacucho hemos priorizado en 2016 y 2017 la asignación a estudiantes de áreas vinculadas a los 15 motores productivos, sin embargo las preferencias educativas de la juventud están lejos de las áreas que colaboran con el modelo en construcción. La tarea en el campo de la incidencia sobre la población para que oriente sus preferencias al nuevo modelo debe ocupar tiempo y acción de la política revolucionaria.
En todo caso hay que cooperar urgentemente con el presidente Nicolás Maduro Moros en darle fuerza al modelo productivo naciente, proteger las inversiones nacionales de este nuevo modelo, incrementar la participación productiva de la clase trabajadora en el nuevo modelo productivo y marcar la cancha muy bien dentro de las líneas de nuestra constitución y del plan de la patria que impulsa con certidumbre el rumbo revolucionario e impide el desarrollo del neoliberalismo, enemigo principal de los pueblos libres.
Las tesis y trabajos de grado de estos becarios deben ir orientadas a solucionar problemas de la economía nacional. Quizás no solucionen todo o un todo. Pero si encadenas dichos proyectos y sistematisas problemas generales . Las soluciones podrían encaramarse en pequeñas tesis de trabajo que desde ese momento serían un punto de partida para los innovadores los empresarios. Creo que la educación el general debería enfocar su esfuerzo en resolver los problemas productivos del país. Ya que se pierden las tesis de papel y paja en las universidades.
ResponderEliminarMuy acertada tu reflexión sin embargo es necesario más acción del estado y menos habladera. Además imponer a través de la ANC leyes fuertes y punitivas pero que se cumplan y no se quede en retorica y letra muerta. Aumentar la pena máxima a 50 años de cárcel y que sea sumatorio cada delito. Si un bandido comete por ejemplo 5 delitos y tiene que pagar 130 años de cárcel o más pues que así sea.
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